Luigi
Amara nos sugiere una forma diferente de hacer ensayo sin que
estos contengan una especificación histórica, reportaje
o reseña; el autor verdaderamente se coloca como un espectador
o peatón inmóvil para observar y hacer una especie
de parodia respecto a la seriedad del ensayo donde se emiten
fundamentos informativos, juicios de valor y orientación
didáctica del mundo de las trivialidades. El autor nos
presenta pequeños misterios en prosa, a través
de los nada comunes textos como “La filosofía de
la cama”, “La promiscuidad de los encendedores” y “Para
una antología de los desperdicios” entre otros.
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